domingo, 28 de noviembre de 2010

Querida Ana María

«Mi padre tenía una fábrica de paraguas, pero en casa se leía mucho. Disponíamos de una pequeña biblioteca y compartíamos inquietudes lectoras. Mi padre, incluso, empezó a escribir un dietario pero al final lo dejó y mi madre no se iba a dormir sin leer un rato. Mis hermanos y yo mantuvimos esos hábitos: siempre pedíamos libros para Reyes o por nuestro cumpleaños».
Ana María Matute, Premio Cervantes 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario